Por alguna razón la historia nos maltrata, al tener como ciudadanos que lidar con políticos tan desagradables. Con un personalidad bizarra, con cero carisma y empatía. Pero sobre todo con una personalidad de escapista, evadiendo verdades. Es el grupo ambiguo, de personajes oscuros con los que tenemos que convivir a diario. Como una cadena de errores gráficos. Dispuestos a opinar, a soltar una retahila de sandeces. Sabedores de que por desgracia los medios están ahi para escucharlos.
Y las declaraciones que se han vertido sobre el caso ABC, resultan vomitivas, ni dignas de análisis. Como si todos trajeran el mismo chip. Sin ningún respeto a los deudos. Ni respeto a la ciudadanía.
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